Biogas

Cuando se habla de los biocombustibles no debemos de olvidar el biogás. Compuesto principalmente por CH4 (Metano) entre un 50 y 70% y dióxido de carbono (C02) la mayoria del restante 30 a 50%, el biogás es una indiscutible fuente de energía renovable eficiente. Se obtiene de los residuos ganaderos e industriales, de los desechos de las depuradoras de aguas residuales e inclusive, de los residuos sólidos urbanos.

El biogás tiene la capacidad de generar energía térmica y eléctrica verde sin el uso de fósiles. Además, previene la emisión a la atmosfera de los gases de efecto invernadero, como por ejemplo, el metano que es liberado de forma natural mientras ocurre la descomposición de materias orgánicas.

En lugar de ello, la planta de biogás trabaja en acelerar descomposición de esa biomasa y absorbe el CH4 para poder producir energía. Aplicando este proceso, por cada 100 toneladas diarias de residuos, se podrá evitar la emisión de unas 3000 toneladas de metano al ambiente.

 

Beneficios del biogás

  • Impulsa la económica circular, debido a que los residuos que genera cierta actividad producirán la energía para que esta siga operando.
  • Favorece la descarbonización del modelo energético mundial.
  • Contribuye con el autoconsumo energético, dando así un acceso universal a la energía limpia.
  • Mejora la gestión de los residuos urbanos.
  • Incluye a los sectores rurales en los objetivos de la transición energética.
  • Minimiza los impactos medioambientales, reduciendo las emisiones de los gases de efecto invernadero.
  • Al someterse por un proceso de purificación, puede transformarse en un biometano.
  • Reduce la utilización de los combustibles fusibles y a la dependencia energética.
  • No solo se considera una energía limpia, sino que además, limpia su propio entorno.
  • Al ser tan rentable, puede convertirse en una de las fuentes más competitivas.
  • Valoriza y trata los residuos de la industria agroalimentaria de manera sostenible y autónoma.
  • La instalación de una planta de biogás reduce sus costes en la gestión de residuos, aumenta su propia eficiencia energética y optimiza la propagación de carbono.

 

¿Cómo se genera biogás a partir de los residuos orgánicos agroalimentarios?  

 

 

Desglosaremos el proceso de generación de biogás en cuatro pasos:

  1. El proceso inicia por el acondicionamiento y homogeneización de los efluentes orgánicos generados en las industrias agroalimentaria dentro de un tanque conocido como digestor. Además, en función de la morfología y topología de esos residuos, y de las legislaciones vigentes en un país determinado, puede ser preciso un proceso de pasteurización (pretratamiento de residuos).
  2. Continuando en el digestor y bajo unas condiciones de temperaturas adecuadas (aproximadamente 22ºC) y sin presencia de oxígeno, el proceso biológico basado en la descomposición microbiana permitirá generar un biogás, compuesto principalmente por un 60 a un 70% de metano.
  3. El biogás obtenido podrá ser empleado en una gran caldera capaz de generar energía térmica y/o eléctrica verde, satisfaciendo casi en su totalidad con las necesidades energéticas de una instalación agroindustrial.
  4. Además, el subproducto resultante de la digestión de la biomasa, llamado digestato (residuo liquido e higienizado)  puede ser sometido a un trabajo de postratamiento de depuración, gracias a la tecnología de lagunaje. Este digestato puede usarse como fertilizante natural en campos y emplearse en ciertas labores agrícolas.

Además de la industria agraria, industrias ganaderas se pueden autoabastecer y solucionar sus problemas de higiene y malos olores por los excrementos de los animales. Por otro lado, puede reducir los costes de logística y transporte de los residuos urbanos gestionados por el ayuntamiento, obteniendo a su vez luz para centros de salud y la manutención de la calefacción de escuelas.

 

Biometano, producto estrella que subyace de las plantas de biogás

 

 

El biometano es un gas renovable que se obtiene a través del proceso de depuración del biogás. A pesar de tener la misma composición química que el gas natural, la diferencia radica en su origen: uno proviene de los yacimientos de hidrocarburos o del subsuelo, y el otro de un proceso de descomposición natural de los materiales orgánicos.

Cuando el biometano se introduce en los gasoductos locales o se transporta en forma de Gas Natural Comprimido (GNC) habilita la posibilidad de introducirse en los mercados europeos y explotar su rentabilidad.

Según el presidente de la Aebig, el biometano irá obteniendo protagonismo en la sociedad. Las estimaciones en la actualidad, teniendo en consideración los residuos orgánicos urbanos, ganaderos, alimentarios, aguas residuales y agrícolas, podría satisfacer hasta el 65% del consumo doméstico y comercial anual en España. Además, ese potencial iría aumentando a medida que el sector vaya avanzando y transformándose en innovación.

 

¿Por qué hay 18.000 plantas de biogás en Europa y apenas 200 en España?

El biogás es una de las energías renovable más desconocidas en España, donde apenas se contabilizan unas 200 plantas, mientras que en el resto de Europa existen mas de 18.000 instalaciones en total funcionamiento, y más de 10.000 de ellas se encuentran construidas en suelo alemán, uno de los países promotores.

Y a pesar de que las renovables producen cerca del 40% de la electricidad en España, el biogás constituye solo el 0,3% (predomina la energía hidroeléctrica y la eólica), todo esto según el balance eléctrico propuesto por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE). Sin embargo, no existe escases de materia prima, ya que España se encuentra en el segundo lugar del ranking europeo en cuanto a densidad agrícola, con mas de 24 millones de hectáreas de superficie ocupadas. El sector porcino abarca un gran 15% del total de la unión europea.

Estos datos solo afirman que el país malgasta su enorme potencial como productor de este magnífico gas renovable, ya que ocupa una posición privilegiada en el sector agroganadero.

 

Pero, ¿por qué el país se queda atrás?

Según la Asociación Española del Biogás (Aebig), lo único que se necesita para empezar a escalar en el sector de biogás, es que la administración imponga normativas, incentivos y marcos regulatorios. Por supuesto, la falta de ayudas económicas por parte del estado, carentes desde el 2012 también contribuyen a este retraso.

Por otra parte, también se habla de la falta de un certificado de denominación de origen de este biocombustible. “Si España no se encontrara inmersa en la Unión Europea, el biogás sin duda tendría muchos problemas para poder desarrollarse, pero al formar parte del mercado único podemos exportarlo fácilmente a cualquier país europeo.  

Tal vez, esa falta de apoyo institucional comience a cambiar, ya que el Ministerio para la Transición ecológica ha incluido al biogás entre sus marcos estratégicos de energía y clima, dando forma a la denominada “Hoja de Ruta del Biogás”, que pretende fomentar un despliegue máximo en los próximos años.

Finalmente la enorme barrera a la que se enfrentan estos parques europeos de biogás y biometano es el precio. Según el informe de Flotats, Álvaro Feliu y la Fundación Naturgy, denominada “Los gases renovables. Un vector energético Emergente”, el gas natural procede con un precio en el mercado iberoamericano en torno a los 20 EUR/MWhPCS, mientras que el costo promedio de producción del biometano es de 70-80 EUR/MWhPCI

En todo caso, el horizonte es muy claro. Si el objetivo es la descarbonización y la independencia energética del continente, Si se quiere contar con esta fuente de energía limpia, se tendrá que hacer con el biogás lo que Europa hizo con la energía fotovoltaica o la eólica: prestar apoyo económico y legislativo para impulsar su desarrollo hasta que alcance la autosustenibilidad.

 

 

Alejandro Betancourt