África alberga los ecosistemas intactos más grandes del mundo, casi una cuarta parte de la biodiversidad mundial incluyendo especies animales emblemáticas.

Al mismo tiempo también es el hogar de una increíble diversidad humana, con una población de 1.200 millones de personas que hablan casi 2.000 idiomas diferentes, ciudades en auge y la clase media de más rápido crecimiento del mundo.

 

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El desafío para el futuro será cómo avanzar en el crecimiento económico y el desarrollo humano preservando la conservación de estos ecosistemas únicos. Aunque los países africanos han tenido un crecimiento medio anual del PIB de casi el 9% en los últimos años, el 47% de la población del África subsahariana sigue viviendo en la pobreza. 

 

La ventaja de empezar de cero

En África el 60% de las personas carecen de electricidad y en muchos países, el 75% de la población no tiene acceso a agua potable, así que está claro que empiezan desde cero en el aprovechamiento de energía. 

Esta situación supone, al mismo tiempo, un enorme desafío y una oportunidad ya que no existe una estructura de base. 

Además se estima que la población del continente se duplicará a mediados de este siglo, por lo que la demanda de alimentos y agua aumentará y la producción de energía tendrá que expandirse rápidamente para mantener este nivel de crecimiento económico y sacar a más personas de la pobreza.

Los gobiernos y dirigentes africanos deben crear estrategias que impulsen el crecimiento económico y el aprovechamiento de energía pero que al mismo tiempo conserven el capital natural y la biodiversidad. 

Actualmente cuentan con menos del 60% de la infraestructura necesaria para satisfacer las necesidades energéticas del continente africano; habrá que recaudar y movilizar miles de millones de dólares de capital en varias docenas de países, cada uno con sus propios objetivos y prioridades.

Un apoyo claro al desarrollo empresarial en África es clave para que estas estrategias se conviertan en realidades cuanto antes. Dicho desarrollo debe realizarse a todos los niveles e involucrar tanto a multinacionales como a empresas y emprendedores locales y el apoyo de entidades supranacionales, paises y empresas que permitan la financiación necesaria. Desde programas de ayuda a microcréditos

Apostar fuerte por las energías renovables con bajas emisiones de carbono

Gran parte de las necesidades energéticas de África pueden satisfacerse mediante el desarrollo de energías renovables con bajas emisiones de carbono. 

De hecho, África tiene hoy la oportunidad, antes de que se completen los planes de desarrollo energético, de asegurar que la nueva infraestructura energética sea en gran medida renovable, planificada a escala del sistema y puesta en práctica de manera que sirva a las comunidades y al mismo tiempo proteja la vida silvestre. África puede enseñar al resto del mundo cómo lograr un desarrollo energético adecuado.

 

Aprovechar el potencial hidroeléctrico

Es necesario equilibrar la necesidad de energía baja en carbono con la preservación de los ríos intactos de los que dependen tanto la gente como la naturaleza. 

Mediante planificación y la gestión de los proyectos hidroeléctricos a escala del sistema (en el contexto de toda la cuenca fluvial) se pueden reducir estos impactos negativos y asegurar que las presas hidroeléctricas logren su plena contribución potencial a los objetivos estratégicos de un país en materia de energía y agua. Construyendo así una infraestructura energética inteligente y respetuosa con el clima.

Por otro lado, la planificación a escala del sistema puede mejorar la eficiencia de otros servicios hídricos además de la producción de energía y reducir los riesgos de repercusiones ambientales y sociales negativas, evitando así demoras posteriores, sobrecostes o incluso cancelaciones de proyectos. Actualmente The Nature Conservacy está trabajando con los gobiernos de Gabón y Guinea para poner en práctica este enfoque, conocido como Hydropower by Design.

 

Apostar por microrredes de distribución

Energías como la solar y eólica pueden ser una solución a las dificultades de crear una red de distribución por la inestabilidad  o inexistencia de redes de base en África. Estás energías emiten electrificar aldeas remotas y gracias a las mejoras en tecnología de almacenamiento se puede dar un servicio continuo usando un 100% de energías renovables.

A menudo se está conectando en una estructura que no es fiable, que tiene limitaciones y que puede no ser capaz de hacer frente al creciente desafío de equilibrar la red que proviene de la generación solar, eólica o hidráulica. El hecho que no exista una red a escala de utilidad suficiente en África, ha forzado a buscar soluciones fuera de la red, como las microrredes. La idea inicial es funcionar con microrredes, es decir soluciones descentralizadas a menor escala.

No existe una solución única para satisfacer las complejas necesidades energéticas de África. Las opciones deben adaptarse a cada región y país y deben incluir la eficiencia energética en los hogares y la industria, la mejora de la tecnología para su uso en el hogar y en la industria, una mayor difusión de los recursos y tecnologías de energía renovable y el desarrollo de diversas fuentes de energía.

El continente ya no puede permitirse retrocesos en el desarrollo; se necesita voluntad política a nivel local y apoyo técnico y financiero a nivel mundial para establecer las prioridades que permitan abordar de manera óptima las principales necesidades de los africanos.

 

 

 

Alejandro Betancourt